Aunque algunos lo denominan el yoga del sexo, ese es solo un aspecto de la práctica propuesta para el tantra en parejas. Tiene objetivos más excelsos y desarrollados que las simples posturas amatorias o que lograr ser un portento en la cama. O así lo concebimos nosotros siguiendo los criterios del tantra tradicional o tantra de Cachemira.
La meta última del tantra de pareja es la unidad. Se busca una unión espiritual, experimentar el yo individual como parte de un conjunto divino.
Con la idea de ayudar en esa unidad, se utilizan técnicas de visualización y meditación, y se recurren a ritos de unión sexual, así como una comunicación entre ambos muy desarrollada.
El tantra ofrece a las parejas una herramienta para encontrar un almacén de energía regenerativa que se expresa sexual, física y creativamente.
Para asimilar mejor los principios del Tantra es necesario distinguir entre un plano superior de la realidad, un estado de consciencia cósmica y nuestra realidad común y cotidiana.
UNIDAD EN EL TANTRA PARA PAREJAS
Según este principio, no existe lo masculino y lo femenino, el hombre y la mujer. Tan solo hay el Uno que se denomina con el término Shiva-Shakti. Visto de otra manera, es la unión de la consciencia cósmica con la energía creativa, la creación en sí misma, la unión sublime de lo masculino y lo femenino.
El objetivo sería lograr la integración personal o dicho de otra manera, la totalidad. La pareja sería el instrumento para alcanzar la realidad última y gozosa.
El yoga tántrico ha de plantearse con una mente serena. Requiere vivir en un estado meditativo para experimentar cierta paz interior.
Se plantean varias estrategias para alcanzar dicho estado: concentración, meditación y respiración.
